Para que dos cuerpos extraños consigan una buena comunicación durante una noche de amor, lo mejor es hacer desaparecer la palabra.
Cuando la coreografía amatoria no está sincronizada porque las siluetas no se conocen, la música puede ser una guía. Los gestos, los movimientos, la cadencia puede apoyarse en el ritmo externo y de a poco, el sonido del amor puede comenzar a amalgamarse con otras melodías.
La doctora Melómana prescribe, para una noche de estas características, la siguiente lista. Deberá ser administrada en un ambiente con poca luz y mantenida en una temperatura ambiental que no supere los 33 grados ni transcurra por debajo de los 10. Si es necesario, activar el modo «repeat»
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