Para poder experimentar esta sinestesia, es necesario, en primer lugar, haber amanecido más tarde de lo habitual, sin superar el límite horario que supone el oscuro mundo de la fisura postrasnoche. Entre las 10 y 11 de la mañana es lo adecuado.
Luego, el descanso físico debe ser reforzado con una siesta de una hora y media o dos. Una vez cumplidos estos pasos, es indispensable entregarse a la preparación casera de algún dulce que acompañará la merienda (no es necesario ser un gourmet repostero; con un bizcochuelo Exquisita es más que suficiente).
Reunidos ya todos los requisitos, solo basta servir el té o café cortado y acompañar con la siguiente lista de temas, que junto con el resto de los ingredientes, como una poción mágica, harán que todo se vea ocre primer sábado otoñal.
0 comentarios:
Publicar un comentario