Para poder experimentar esta sensación tienen que darse condiciones muy particulares. En principio, la música debe consumirse, por cuestiones obvias, en un soporte que permita el desplazamiento (llámese ipod, mp3, mp4, o lo que quieran). Luego, el clima debe ayudar: la lluvia debe ocurrir durante la tarde, preferentemente entre las cinco y las siete, lapso en que la energía ciudadana es intensa. El experimentante debe estar dispuesto a mojarse, por lo que es necesario que el momento ocurra en una ocasión en que no sea indispensable cuidar la imagen. Por último, para lograr intensidad en el efecto, la prueba debe realizarse en una zona céntrica de la ciudad, repleta de edificios de oficinas y personas.
Si se reúnen todas estas circunstancias, como una poción mágica, la siguiente lista tendrá el color gris plomo de una caminata eufórica bajo la lluvia.
Se prescribe en una sola dosis
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