Dra. Melómana (73): El cuarto verde
Para formar al gusto hay que empezar por lo dulce, por lo recargado. Si los recuerdos son felices, no se puede renegar de aquello que nos ha construido. Si la vivencia es triste, puede que la música sea destruida por nuestra falsa creencia en la evolución del arte.
Todo lo que llegue después de que hayamos dejado escapar a nuestro niño/a, hará vibrar del un modo menos brillante a nuestra alma. Nunca logrará despertar los sentimientos profundos que activa una canción de nuestra infancia.
Esta lista es personal, como todas las de este blog, pero a diferencia del resto, es la que mejor define mi esencia, lo que me forjó musicalmente. Estas tramas y estribillos sonaron incansablemente en el cuarto verde de la calle José Martí. Gracias a Jorge y a Stella por haber hecho que su hogar fuera el espacio feliz donde mi memoria musical vuelve siempre.